El herpes genital puede ser de dos tipos: oral o genital. En ambos casos, es una infección vírica transmitida sexualmente y causada por el virus del Herpes simple. Este virus se puede transmitir de forma asintomática, es decir, que la persona infectada puede no tener síntomas y, a pesar de ello, transmitir la enfermedad a otra persona mediante el contacto sexual.
Si se presenta sintomatología, normalmente aparece en brotes que pueden durar entre 2 y 10 días en los que el paciente puede notar picor, dolor, hormigueo y/o presentar lesiones similares a una quemadura con úlceras o ampollas. Pueden aparecer más brotes si el paciente tiene una bajada de defensas debida a estrés, cansancio u otras enfermedades.
Este tipo de infección se detecta mediante un análisis de la sangre o de las lesiones. Si cree que puede estar infectado acuda a un profesional para que valore su situación. Actualmente no existe un tratamiento curativo pero si “supresivo”, de manera que se puede disminuir el número de brotes y el riesgo de transmisión de la infección.