Las anormalidades de las uñas constituyen un causa de demanda dermatológica muy abundante y en aumento.
Una de las patologías más frecuentes es la aparición de hongos en las uñas, generalmente de los pies, que provoca un cambio de coloración amarillento muy característico y que requieren tratamiento para su eliminación.
Es importante distinguir de entrada si el causante del cambio de la uña es un hongo o una simple alteración ungueal. Actualmente muchas personas realizan tratamientos caseros, continuados, exhaustivos y cansinos basándose en un posible hongo como causante de la alteración cuando en la mayoría de veces los cambios son debidos a alteraciones estructurales sin importancia patológica, es decir, sin enfermedad.
Un sencillo cultivo para determinar si hay o no un hongo es el primer paso para una curación de la onicomicosis, la enfermedad más frecuente de las uñas, cuando realmente existe enfermedad.
Al igual que el cabello, las uñas también son muy sensibles a los cambios internos, la medicación, las enfermedades inmunes, así como a las agresiones externas, tales como productos químicos de contacto o los estructurales anatómicos.
El manejo de las uñas puede representar un verdadero desafío para su diagnóstico y tratamiento adecuado.