La Psoriasis se considera una enfermedad cutánea crónica, que se caracteriza por fenómenos inflamatorios y un recambio acelerado “excesivo” de la piel. Es visible por las lesiones eritematosas y descamativas de color rojo que se producen en distintas áreas de la piel. En ocasiones su afectación puede llegar más allá de la piel y afectar a las uñas, al cuero cabelludo, a las articulaciones o al incremento de la predisposición a padecer otro tipo de enfermedades.
La psoriasis es una alteración muy compleja. Su tratamiento depende de cada paciente y de su evaluación. Por ello precisa de un trato exclusivo para poder perfilar el caso a tratar. El tipo de tratamiento dependerá además del tipo de lesiones que se padezca y de su localización.
Fármacos de reciente aparición, de la familia de los llamados biológicos, aportan una nueva esperanza para casos problemáticos.